Invasión
Todo el embarazo me prepare para recibir a mi trio, nunca dimensione que llegarían mas de tres a mi vida el mismo día. Pero no fue así, llegó un ejercito cargado de amor, de buenas noticias, de apapachos, de caricias, pero un ejercito entero a invadir a mi privacidad.
Si tuviera que escoger el tema que más trabajo me ha costado de ser mamá es justo este. Las visitas. Que tema tan delicado. No porque estén mal, porque sería horrible que nadie quiera conocer a tus bebes, pero es tan delgada la línea de tener una atención a estar rompiendo la intimidad de la nueva familia que esta en proceso de adaptación.
De antemano agradezco a todas las visitas que tuve en los primeros meses de los triates, pero la verdad es que las visitas son agotadoras. Yo me acuerdo de mi casa como un lobby de un hotel, con galletas puestas todo el día, ofreciendo cafecitos y vasitos de agua a cualquiera que atravesara por mi puerta, y es que es imposible no hacerlo, están teniendo un gesto contigo y con tus bebes de ir a visitarlos pero a la veinteava visita deja de ser lindo y empieza a ser asfixiante.
Todos llegan y quieren ver a los niños en acción, que se rian, que coman, etc. Y tu eres como una guía de museo que explica una y otra vez cada parte y cada proceso, cómo es el bebe, cómo fue el parto, cómo le haces con la leche; cuando realmente muchas veces no sabes ni como lo estas haciendo si no que lo estas aprendiendo y lo que realmente lo que necesitas es tu espacio y el de tus bebes para conocerlos y conocerte como mamá.
Es realmente un sentimiento agridulce tener a tantas visitas en casa, pero no tienes que cumplir con nadie más que con tu esposo y tus hijos. Los demás pueden esperar y se vale decir la verdad y decir hoy no. Y darle un respiro al alma.
Yo digo esto ultimo de dientes para afuera, realmente para mi fue muy complicado decirle a alguien que no fuera, sentía que era una grosería decirle que no a alguien que ya había dispuesto pasar un tiempo de su día con mis bebes. Y siempre a todo mundo durante muchos meses dije que si a todos, pero si lo volviera a vivir, sin duda no aceptaría a tantas visitas.
Pues tu día pasa a ser de las visitas, al final por muy de confianza que sean, siguen siendo visitas y hay q atenderlos, cuando tu tienes tres boquitas hambrientas que alimentar. Tu cabeza esta en atender todavía a más de tres y además escuchar opiniones que posiblemente no te sean relevantes.
Es agobiante que todos te cuenten sus embarazos, sus lactancias, sus experiencias. Te conviertes en una especie de buzón recolector de recuerdos con todas las mamás previas a tu alrededor. Habrá quien lo disfrute, yo en lo personal no lo hice.
Creo que ya tienes suficiente dosis de embarazos y bebes con lo tuyo para todavía escuchar el de los demás, realmente llega un momento que bloqueas la información, es que es tanto, que acabas sin escuchar.
Lo que hice fue fijarme en tres mamás que admirara, incluyendo la mía, y a ellas si las escuche, les pedí consejos. Durante mi embarazo saque citas literalmente con ellas, para que con sus álbum de fotos me enseñaran como habían sido los días que a mi estaban por llegar con los niños tan chiquitos. Y a ellas si las escuche.
Es ironico, pero mi consejo es que no te llenes de consejos. Se selectiva, escoge a tus tres mamás estrella y lo demás confíalo en Dios y en el pediatra, si no se te va la vida buscando y no disfrutando.