La mejor película de mi vida
En pleno siglo XXI mi película favorita no tuvo ningún efecto especial, no fue a colores, no fue de un reparto importante de actuación, ni tampoco de una enorme producción. No tuvo muchos espectadores, ni recaudó millones en la taquilla. Fue una película en blanco y negro, abstracta, con formas indefinidas, pero que revelaban el milagro más grande: la vida. Mi primer ultrasonido.
Entonces la doctora encontró a un bebé e inmediatamente después a otro, ¡que alegría más grande!, los nervios desaparecieron, vimos los corazones como unos puntitos que apenas parpadeaban a gran velocidad y que indicaban que estaba todo bien ¡estábamos embarazadísimos! Felices, agarrados de la mano, conociendo por primera vez a los bebes a través de las luces y de las sombras. Siguió por unos minutos más el recorrido en mi panza…. cuando de pronto ¡descubrí otro saco! Se veía exactamente igual a los dos que estábamos viendo.
¡Ahí hay otro! –grité, la doctora rápidamente regreso el aparato a la posición anterior. Silencio. ¡Ay Pao, pues si, alguno se dividió! Esas fueron las palabras que cambiaron mi vida para siempre. Como balde de agua helada, ¡Qué! ¡Cómo! ¡Shock!, ¿Cómo?, ¿Nosotros? ,¿3? , ¿son 3?, risas de nervios y alegría, silencio, respiración profunda, que todo duró apenas unos segundos, pero si en efecto, venían tres bebés.
Respiramos y seguimos explorando el milagro más grande de la vida, la sorpresa más inesperada de la historia. He de confesar que mi cabeza no estaba lista para ello, pero mi corazón si, igual que el de su papá, ¡que felicidad! No cabíamos en nosotros mismos, las doctoras estaban en shock pero nadie podía borrar ni por un segundo las sonrisas en nuestras caras, venían tres bebés, la mejor noticia del mundo triplicada, ¡Gracias Diosito mil veces!
Y empezaron las llamadas por teléfono a la familia en el Starbucks del hospital, para contarles que ya por fin estábamos embarazadísimos y esta vez, los gritos fueron más fuertes, había que gritar por la alegría de tres.
Vino la transformación a nuestras vidas, a este capitulo lo hemos titulado como “los niños nos invaden”; remodelación en casa, cambiarnos de recámara, armar cunas, comprar mil cosas, volverte experta en carriolas, chupones y cambiadores, cosas que te derriten de ilusión comprarlas, que seguramente lo usarán una vez pero lo guardarás para el resto de tu vida. En fin todo este cargamento es solo para preparar no sólo la casa si no a nosotros porque lo mejor estaba por venir…. Las bendiciones más grandes de la vida.
Hay veces que las mejores películas son mudas y en blanco y negro.