Sólo con cerrar los ojos
Sólo con cerrar los ojos, los puedas volver a vivir…
Haz recuerdos tan fuertes que volver a ellos sea suficiente y valga como volverlos a vivir en presente.
Estamos inmersos eternamente en una zona de confort que va mucho mas allá de un sillón y un control en la mano, tiene que ver más bien con ideas que no se modifican y que vivimos y sentimos de la misma manera una y otra vez sin cuestionarnos siquiera si es la forma correcta de hacerlo.
Tenemos que romper (aunque nos de flojera y nos cueste trabajo) la manera de mirar y ser mirados, en que admiramos y que dejamos que nos opaque.
Sentimos, experimentamos y catalogamos. ¿y cuándo nos damos la oportunidad de re etiquetar lo que ya esta catalogado? Es de valientes darnos la oportunidad de volverlo a acomodar, de perdonar, de ser francos y desechar lo que ya no te deja nada.
Se necesita valentía y humildad para reconocer lo que hay en cada cajón o repisa de nuestra mente y darle un nuevo espacio a cada cosa, de tal forma que deje pasar la luz y no lo bloquee la luz al proyectar su misma sombra y oscurezca lo demás.
Re etiquetemos nuestros pensamientos, sentimientos, nuestros recuerdos, nuestros dolores y rencores y pongamos la energía y el tiempo donde valga la pena que este.
Es como limpiar tu closet; sacar lo viejo, dejar ir no que nos queda, y dejar espacio para lo nuevo, para darnos el lujo de estrenar este nuevo yo que lleva tanto tiempo en proceso de mejorar la mejor versión de cada quien.
Deja los recuerdos que tengas más colores, y más luz, los más fuertes y brillantes en repisas con capelos, donde nadie puede tocarlos siquiera, esos son tus máximos tesoros, las joyas más grandes de tu cofre.
Deja espacio para lo nuevo y procura vivir recuerdos fuertes con colores vividos, con olores, con caras y sonidos, con perfumes, que con la sola intensión puedas regresar a eso y volverlo a disfrutar, pues parte de la felicidad es saborearla otra vez aunque ya se haya terminado. Requiere de una enorme voluntad para salir de lo que conocemos y atrevernos a ser nosotros mismos en nuevas situaciones, nuevas personas, nuevos lugares y solo así podremos construir nuevos recuerdos.
No tengas miedo a escuchar ¡es que cambiaste!, pues es de los mejores cumplidos que te pueden decir. Estamos aquí para cambiar cuantas veces sea necesario hasta llegar a conquistarnos a nosotros mismos, y aún quien lo haya logrado, puedo apostar que no estará satisfecho, pues todo esta en constante evolución.