¿Qué ritmo vamos a bailar?

Y de un momento a otro se despertó la conciencia y amenaza ágilmente con no volverse a dormir retándonos a llenar ese huequito que sabemos que se puede llenar con más espiritualidad

Y aunque somos malos en yoga seguimos siendo perseverantes en alcanzar los tobillos y sin duda hemos mejorado en escuchar el silencio sin miedo 
Disfrutamos más las sabanas de la cama, las flores de los jarrones y la paz en nosotros y aunque las bailadoras se quitaron los zapatos pero el duende sigue vivo 
Hemos aprendido a soltar lo que más nos amarraba y a afrontar cualquier cosa que distorsiona la realidad pues lo único que tenemos enfrente es un plato lleno de decisiones propias listas para ser analizada y ordenadas para después 
Conocimos el nombre de vecinos y tenemos tiempo de ordenar el cajón de los recuerdos. Sin duda somos mejores en las sobremesas y valoramos lo que antes no veíamos 
Y cuando nos vemos en el espejo somos más capaces de mirarnos fijamente a los ojos a nosotros mismos y ver quién vive dentro de nosotros

Nos dimos cuenta del valor de los abrazos y el poder que tienen, y hemos descubierto que no somos tan malos escribiendo

Somos valientes sin cuestionarlo y el ocio dejó de ser villano y se convirtió en un fiel compañero que nos reta a reinventarnos y a cuestionarnos el ritmo y rumbo que nos queremos bailar cuando el ritmo vuelva a la normalidad.

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¿Se dan cuenta que ahora escuchamos diferente?

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La conciencia despertó, y en un abrazo aterrizó…