Agua y Piedra

Hay batallas que no se ganan con espadas se ganan gota a gota, con el tiempo, con la constancia que va abriendo camino. 

Al caer la gota poco a poco se va haciendo ruta a si misma y transformando con su gentil y silencioso paso hasta la piedra más dura. La gota es transformadora si es perseverante al caer no solo va abriendo la piedra si no que también la va puliendo a haciendo legado de su paso en ella, no la rompe la pule gentilmente, la moldea a su forma.

Hay veces que siendo como el agua en la piedra se logran más cosas y de mayor trascendencia y transforma aún más que la propia dinamita.

Si hablamos ahora de la verdad y las mentiras. Digamos que la dinamita es como las mentiras, pues una mentira puede transformar, explotar y derribar cualquier realidad en un instante; pero así de rápido se puede volver a transformar, a cambiar; una mentira se tiene que decir y volver a decir para ir abriendo camino engañando a los demás, para transformar la realidad, además de que alguien tiene q creerlas para que existan.

En cambio la verdad no tiene que ser dicha para ser creída, siempre está. La digamos o no. La verdad brilla con propia luz; existe, es definida y puede ni siquiera ser mencionada para existir.

La verdad puede tardar en transformar la piedra pero cuando lo hace es para siempre, nunca hay vuelta atrás y perdura para toda la eternidad.

Hay batallas que se ganan gota a gota y que vale la pena pues al final lo que se ve es la piedra convertida por el propio peso de la verdad. 

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