¿Se dan cuenta de que ahora escuchamos diferente?

Que escribimos mensajes con cariño, sin prisas y fijándonos en la ortografía y en que el auto corrector no destruya lo que queremos.
¿Se dan cuenta que estos días somos más receptivos y más pacientes sin tenerlo como meta, que se va construyendo poco a poco, simplemente ya lo somos?
¿Se dan cuenta que hemos tenido tiempo de analizar cada paso que llevaba nuestro rumbo y sin ego hacer un juicio si vamos en la dirección correcta o no?
¿Se dan cuenta de nuestra capacidad de adaptación a un mundo ahora más pequeño pero más consciente y conectado?
¿Se dan cuenta que nuestro fuerte no es una falsa pantalla si no un fuerte hecho de familia y amigos donde te sientes seguro? ¿Se dan cuenta que por fin entendimos él famosos dicho “no se trata de llegar primero, si no de llegar juntos”?
Que los ancianos se que no tenían voz ahora son nuestra mayor preocupación 
Que los retos vírales se están convirtiendo en obras sociales 
Que nuestro máximo anhelo son los abrazos que estrujan los huesos y tomar un café con un amigo en cualquier terraza 
Que la rutina de la que tanto nos quejamos y el tráfico es lo que hoy extrañamos 
Que nos urgía esta pausa para ordenarnos y empezar a pasarnos en limpio
Y se quitaron los candados de cursos, películas visitas virtuales así como se quitaron los candados del egoísmo y el protagonismo
Ahora recibimos mensajes de gente que no teníamos tiempo de hacerlo y lo mismo hacemos nosotros; interesarnos cómo está el de al lado de verdad. 
Tiempo para arreglar cosas que no están bien y pedir perdón por errores que deben quedar atrás y hacerlo lo mismo y seguir sin cargar de más
Que nos volvimos amenaza para los demás cómo ellos se volvieron nuestra amenaza.
Que el comercio se paralizó pero las ideas nunca ceden a detenerse ni por un minuto.
Que el tiempo es relativo y depende de nosotros que siga siendo un tiempo de renovación.


Anterior
Anterior

¿Dónde empiezas a ser tú?

Siguiente
Siguiente

Satendra