¿Qué te hace feliz?

La eterna pregunta del ser humano, el anhelo máximo es llegar a ser felices, sabemos que hoy en día uno de los cursos más solicitados en las universidades más prestigiosas es ¿cómo ser feliz?. Vivimos obsesionados con la idea de ser felices… es como estar obligados a ser felices, con una sola idea preconcebida de la felicidad, como si sólo existiera un camino para llegar. Nos obligamos entre nosotros mismos a ser felices y no se nos permite poder conectar con otros sentimientos, pues lo social dicta que esta prohibido llorar, o al menos así parece ser a través de la vida social que se publica a través de distintas plataformas.

Sin duda estoy convencida que es el máximo de Dios para nosotros, la plenitud; sin embargo es tan claro lo que queremos llegar y a la vez se nos complica tanto a veces. La plenitud se trata justo de eso, de vivir todo y quedarte con lo bueno.

Hay quien dice que la felicidad no es permanente, y coincido. Creo que la felicidad es un estado que requiere tener la habitación ordenada con todo en su lugar acomodado para que entonces todo pueda fluir, no solo las risas y sonrisas si no esa felicidad de verdad, la felicidad desde adentro, la que se siente pero no se ve, esa plenitud que es profundísima pero que aveces no llega al exterior ni siquiera a una sonrisa, sin embargo por dentro nos da una amplitud en espacios increíble. Si tienes todo en su lugar, cada emoción, cada recuerdo, cada persona, cada situación en el cajón que le corresponde es como realmente puedes hacer fluir la vida y que tenga el espacio adecuado para que la felicidad suceda.

Decía Sócrates que “la felicidad consiste en encontrarse consigo mismo, Platón decía que la felicidad era “el amor”, y Aristóteles aseguraba que “la felicidad es el bien”. Séneca dijo que “la virtud está cerca de la felicidad” y Epicuro encontró la felicidad en “el placer”

Pasaron los siglos y San Agustín definió la felicidad como “la alegría en la verdad” y Kant aseguró que la felicidad la encontramos en “está en la imaginación o en la verdad”

Todos tienen la razón o por lo menos una parte de ella, yo creo que la felicidad es la constante renovación, es atreverte a superar heridas del pasado y a gozar de buena salud mental buena y mala memoria, abriendo la puerta grande para dejar ir lo que se tiene que ir y recibir en grande lo que siempre esta por llegar; la gente se quiere ir sin saber porque se fueron, hay que tener tan pero tan grande esa puerta y esa mente para que se vayan y no vuelvan más, sin que te lastime cada vez.

Incluye también una enorme dosis de enfoque positivo, de ver lo bueno de cada situación, pero sin engañar de lo que en realidad sucede, es encontrar equilibrio entre cabeza y corazón, ni demasiada cabeza ni demasiado corazón, un poco de los dos donde puedas descansar en uno u después en el otro.

Anticipar la llegada de la felicidad, ya es parte del proceso de ser feliz, preparar lo que vas a vivir, con detalles donde puedes empezar a bocetar lo que vas a vivir, en antelación en la preparación, en la planeación, disfrutar el momento en tiempo presente, mucho, con conciencia, sin prisa; y luego recordar lo que vives en pasado, regresando a ellos cuantas veces sea necesario sin desgastarlo.

Pero si pudiera escoger un sólo elemento para ser feliz, escogería la voluntad, pues vale más que la inteligencia. Alguna vez escuche “La voluntad es la llave al castillo de la felicidad” y lo creo firmemente. Sin voluntad no hay juego de nada, quien no la tiene no tiene nada. Pero con voluntad se abre un abanico enorme de posibilidades, un mar de opciones, una infinidad de desiciones para abrir el juego y encontrar la libertad para que las cosas tomen forma y encuentren su lugar, en ti y en los demás.

Y si pudiera poner una cereza en el pastel de la felicidad, escogería la cultura, es con lo que se puede coronar cualquier pensamiento, es lo que nos hace humanos y es lo que nos une y nos hace uno, la cultura invoca al espíritu humano, es el reflejo del alma materializado en cualquiera de sus expresiones, la cultura es oxigeno al que puedes recurrir una y otra vez y cada que vuelves regresaras con al tanque más lleno.

¿Y tú, qué escoges para ser feliz?

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