Jugar nos hace bien también

El juego es una extraordinaria oportunidad de dejarnos de etiquetar y experimentar quienes somos, es probar una paleta de distintos colores.

Con el juego el tiempo es relativo, da igual el reloj mientras todo vaya en armonía. En un buen juego te sientes vivo. Al tomar el rol de alguien más te libera y te deja espacio a crear, sin traicionar al deber ser.

En el juego todo se engrandece. Se magnifica la grandeza de lo simple y entonces una cobija azul puede ser tan grande como el mar, o un juego de naipes pueden tener otra finalidad, los escondites se vuelven información confidencial, y los árboles paraísos verticales por conquistar.

Si leer te hace viajar, jugar te hace vivir el viaje; es tan fácil empezar y en cuando lo haces entras en una dimensión nueva, una magia que se crea y se transforman en recuerdos que permanecen. Es una felicidad inmediata. Te permite conocer el mundo y conocerte a ti mismo. Tu cuerpo se siente diferente, en una sensación de disfrute. 

Para planear un juego deben existir acuerdos. Accordare, “ac” que quiere decir asimilación, y “cord” que quiere decir corazón. Es decir es un pacto entre corazones. Se establecen reglas, limites, roles, y como si desde siempre estuviera planeado todo toma forma y entonces comienza la función. Que no tiene como fin entretener a ningún público en particular si no simplemente disfrutar el presente entre los involucrados. 

Jugar como adulto nos parece complicado, por la “falta de tiempo”, o por falta de alguien con quien hacer resonancia, sin embargo es importante jugar lo más seguido posible, es fundamental no perder para siempre la esencia de la espontaneidad, en el juego es donde no pasa nada, donde cuando se termina desaparece esa realidad y entonces podemos dimensionar con mayor claridad lo que nosotros percibimos como real.

Para jugar hay muchos caminos; es contestar con dichos, con anécdotas, con refranes o como dicen algunos por ahí es ponerle una ramita de epazote y una buena actitud, es afilar la mente, refrescarla, buscar respuestas poco convencionales cargadas de humor es darle juego a la vida para que la vida entre en juego.

Te da también para producir historias o impedirlas, el juego es algo que tu te puedes regalar a ti,  es tiempo,  es grandeza, pues eres tu mismo con un objetivo de disfrute y de soltar la realidad aunque sea por un ratito.

No te tomes nada tan a pecho, ya vimos que lo importante permanece y encuentra su propio cauce para quedarse contigo, siempre buscamos conquistar la luna y nos perdemos del espectáculo que es cada estrella, no se trata de llegar se trata de disfrutar llegar.

Las pausas airean las ideas y el corazón, dan otros tintes y visiones que se nutren con voces que no pretenden tener la razón y que simplemente aderezan y nutren la ilusión, es esa gasolina por la que no te paras a cargar pero una vez que sientes el tanque lleno es cuando te das cuenta del valioso contenido de no tomase todo en serio. 

Jugar es poner el mundo en pausa y lograr por minutos bajarnos de él si simplemente jugamos a que no importa nada más y que nuestros universos cercanos que son creados por nosotros en un ambiente de juego hacen todo mucho más llevadero y combinado con una dosis de risas puede curar más que la mejor medicina nuclear. 

Nunca estamos preparados para hacer las cosas al cien siempre nos puede faltar algo para empezar, el reto es divertirnos, atrevernos, no tomarlo en serio y entonces volar, y ya en el vuelo corregir. 

Y entender que a la felicidad no se llega si no que siempre está, y es tan grande que tiene algunos huecos por donde lo oscuro también se puede colar; el cansancio, el hartazgo, la decepción, el dolor, la enfermedad, la frustración son parte del panorama pero sólo jugando a matar a cada villano y tomar lo que nos vino a enseñar.

Siempre hay una añoranza de los niños que juegan a ser adultos y de adultos que juegan a ser niños, y ya que no existe una máquina del tiempo creo que el conducto más directo es el juego y así poder recuperar la magia de sentirse vivo. Que no siempre se logra trascender y está bien y jugar nos hace bien también. 




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